“Casos perdidos”


A un alto porcentaje de los pacientes que acuden a nuestro centro les llamamos “casos perdidos”.


Normalmente, un “caso perdido” muestra el siguiente historial: Es aquella persona que padece problemas de salud muy preocupantes relacionados con la espalda. Estos le repercuten negativamente en el plano personal, familiar y laboral. A veces incluso tiene que dejar su trabajo y/o le avergüenza hablar de su problema con amigos o familiares porque no le toman en serio, ya que creen que “es un cuento” porque “por fuera” no se le ve “enfermo”. Puede que ni siquiera su propia pareja le crea. Y es que cuando se es un “caso perdido”, si no lo vives no puedes imaginarte cómo se puede sentir la persona afectada.


En un “caso perdido”, el problema de salud con origen en la espalda puede deberse a varios factores, incluso sin que el “caso” se haya dado cuenta en el preciso momento en que ocurrió, por ejemplo: 


* Un problema de espalda (tipo escoliosis, hernia discal…) que empezó de forma leve pero con el tiempo se ha agravado (si los problemas no se tratan correctamente, los va a arrastrar toda la vida y con el tiempo empeoran). Por ejemplo, problemas debidos a una caída, un accidente (por ejemplo de tráfico), un movimiento brusco, una sobrecarga pesada (levantar muebles), desgaste (artrosis), etc.


* Un exceso de distintos tratamientos aplicados a su cuerpo. El “caso perdido” normalmente cae en el error de inicialmente no prestar la importancia que tiene a su problema, pensando que cualquier “tratamiento” le irá bien. Entonces acude a un “especialista”, quizás recomendado por su vecino al que le fue bien. Después a otro, y a otro… Como no ve resultados, sigue esta trayectoria hasta que ha pasado por manos de muchas personas que le han aplicado muchos tratamientos. Y se encuentra entonces que está peor que al principio. No creemos que la combinación de distintos tratamientos sea beneficiosa, sino todo lo contrario. Cuantos menos tratamientos se apliquen y correctamente, mejor.


* La aplicación de uno o más “tratamientos” incorrectos en su cuerpo. Hoy en día parece que todo el mundo sabe de todo. Ponerse en manos de alguien que no posee conocimientos adecuados puede ocasionarle un grave y serio problema de salud ya que el “especialista” en cuestión puede provocarle daños en su columna al aplicarle el tratamiento incorrecto en su cuerpo. Desde masajes en peluquerías, una manipulación vertebral (crack-crack de la espalda) incorrecta, los llamados “especialistas en atlas” que realizan un cursillo de fin de semana para luego jugar con la salud de sus pacientes, hasta tratamientos más invasivos como intervenciones médicas no necesarias (algunas cirugías y demás) pueden causarle problemas bastante importantes tanto a corto como a largo plazo.

 


El “caso perdido” normalmente también ha visitado a los “grandes especialistas”, los de “gran prestigio”, los “muy buenos”, los que tienen “mucha fama”, los que poseen gran cantidad de diplomas colgados en las paredes de sus caros despachos en clínicas famosas. Pero estos no le han ofrecido resultados a sus problemas. Solo le han ofrecido teorías inútiles. Quizás no eran tan buenos si no han podido ayudarle. Incluso le pueden haber dicho que su problema es “psicológico”, en lugar de ser “físico”, para quitárselo de encima.


Es entonces cuando el “caso perdido” se siente “desgraciado”, “estafado”, un incomprendido sin esperanza.

 


Entonces… ¿Cuál es el problema del “caso perdido”?


El origen del problema o problemas de salud del “caso perdido” es mecánico, estructural. Su columna ha perdido su alineación normal, lo que ha repercutido negativamente en su salud, y hasta que no vuelva a recuperarse la alineación normal no va a mejorar, independientemente de lo que haga, vaya donde vaya y tome lo que tome.


La única forma de tratar al “caso perdido” es mediante un estudio personalizado para conocer en detalle (con radiografías, por ejemplo) la alineación de su columna.


Aquí yace el problema del “caso perdido”. Un problema del que se pueden reír los que no conocen sus consecuencias, un problema que puede parecer insignificante para la salud de las personas, un problema no reconocido para la mayoría de los “especialistas” y pacientes. Y que solo entenderá el que lo padece, el “caso perdido”.

 


Y… ¿cómo puede mejorarse el “caso perdido”?


El “caso perdido” no sería un “caso perdido” si inicialmente hubiera empezado con el tratamiento que ofrece nuestro centro. Ahora, después de lo que ha pasado, tendrá que:


1-Entender su problema y otorgarle la importancia que merece.


2-Olvidarse de todas las teorías que le han dado todos aquellos que no han sabido ni han podido ofrecerle soluciones.


3-Olvidarse de acudir a otros lugares para más “tratamientos”.


4-Depositar su confianza en nuestra profesionalidad.


5-Tener mucha paciencia y saber que durante el tratamiento podrá sentir molestias.


6-Seguir a rajatabla el programa de visitas recomendado, tanto a corto como a largo plazo.


7- Cooperar con las recomendaciones y actividades no recomendadas que se le van a sugerir.

 


Si el “caso perdido” no tiene paciencia y deja el tratamiento a medias se producirá un fracaso en el objetivo del tratamiento y, sinceramente, en ese caso hubiera sido mejor no empezar. Habrá sido una pérdida de tiempo y dinero por su parte y la nuestra.


Este centro es consecuente con los “casos perdidos”. Entiende cómo deben tratarse y está dispuesto a hacerlo, siempre y cuando el paciente coopere. De lo contrario, no habrá resultados, y no será debido a nuestro tratamiento ni porque el paciente no podía mejorar, sino por la falta de cooperación en los 7 puntos comentados por parte del paciente.

 


Si usted es un “caso perdido” entenderá de lo que hablamos. De lo contrario, es posible que no lo entienda, aunque si conoce a alguno, le podrá ayudar mostrándole esta información.


Algunos “casos perdidos” tiran la toalla y deciden no hacer nada para mejorar. Eso le supondrá una vida de malestar crónico.