Elegir a un buen quiropráctico o al quiropráctico adecuado es similar a elegir a cualquier otro profesional que necesites en algún momento de tu vida como, por ejemplo, a un abogado, a un mecánico, a un psicólogo o incluso, a nivel personal, a una pareja.
Lo ideal sería acertar a la primera, pero no siempre ocurre así. Incluso podrías tener malas experiencias si no has elegido correctamente a tu quiropráctico, quizás por algún motivo que comentaré a continuación. Que hayas tenido una mala experiencia no significa que no puedas encontrar a otro con el que te sientas satisfecho. Ten paciencia y no te des por vencido, sobre todo si padeces un problema importante y necesitas ayuda.
A continuación expondré los 8 aspectos que, desde mi punto de vista y para su propio beneficio, todo paciente debe tener en cuenta al buscar y elegir a un buen quiropráctico.
- Los quiroprácticos también somos humanos
Como ocurre con cualquier profesión, el profesional que ejerce es una persona humana, con sus defectos y virtudes. Algunos serán más dedicados que otros, unos se preocuparán más por mejorar sus servicios que otros, algunos serán más honestos que otros, etc.
Es importante entender que no todos los quiroprácticos son iguales. La variable humana siempre estará presente. Quizás a ti un quiropráctico te vaya muy bien, mientras que a tu vecino no le resulte nada bueno. Esto ocurre en todas las profesiones, y es común y normal. No seas demasiado exigente pero sí asegúrate de que esa persona te da confianza y que también tú estás dispuesto a dársela. Si necesitas un tiempo para meditarlo, espera unos días para tomar una decisión. Si lo ves claro enseguida, adelante.
- La distancia
Lo ideal sería encontrar a un quiropráctico cerca de tu casa o de tu trabajo pero no siempre es así. Y no siempre el quiropráctico que tengas más cerca será el ideal para ti. No dudes en recorrer unos cuantos quilómetros e invertir algo de tu tiempo para acudir a su consulta si se encuentra fuera de tu alcance más inmediato. La distancia no debería ser una excusa ni un problema para acudir al mejor profesional posible.
- Estudios / asociación
Es muy importante que cuando acudas al quiropráctico sepas diferenciar entre un profesional con estudios superiores (título universitario de quiropráctico) de otros "especialistas" sin la misma titulación. Comprueba siempre que tu quiropráctico haya estudiado en una universidad quiropráctica. Debería exponer su título en la consulta o enseñártelo en caso de que se lo pidieras. No dudes en hacerlo. Es tu derecho como cliente/paciente.
Ningún quiropráctico en España está obligado a estar inscrito en ninguna asociación en particular para ejercer. Existe una "Asociación Española de Quiropráctica", pero no es un requisito formar parte de ella para ejercer como quiropráctico. Que no te den a entender lo contrario.
Tampoco te dejes impresionar por la cantidad de diplomas que puedas ver en las paredes de la consulta de tu quiropráctico.
También, como valor añadido, puedes averiguar si tu quiropráctico ha publicado algún libro o artículo de investigación, lo que suele demostrar cierta dedicación profesional por su parte, algo que siempre resulta positivo.
- Técnica / especialización
Es importante saber qué tipo de técnica utiliza ese quiropráctico, porque cada paciente tiene el derecho a saber lo que le harán. Dentro de la quiropráctica existen diversas técnicas:
* Algunas utilizan dispositivos, otras son manuales.
* Algunas son muy suaves, otras más invasivas.
* Algunas se enfocan más en tratar el aspecto físico, otras se basan más en el aspecto emocional.
* Algunas se realizan exclusivamente en cierto tipo de
problemas, otras son más generales.
En mi caso, yo no practico técnicas como la "manipulación vertebral" (crujido de espalda) sino que utilizo dispositivos con el objetivo de tratar más el aspecto físico (la desviación de columna y postura que afecta el sistema nervioso) de forma muy particular, a través de la zona cervical superior (atlas). Muchos pacientes lo agradecen, porque no les gusta que les realicen "terapias" fuertes en su cuerpo, y a otros a veces les parece que son demasiado suaves. En cualquier caso, lo importante son los resultados y tu comodidad.
Por muy mal que te encuentres, no significa que tengan que aplicarte técnicas fuertes e invasivas. Incluso algunas técnicas más invasivas, en función de cómo se realicen, podría empeorar tu estado de salud (según mi opinión y experiencia).
- La consulta
Nunca te dejes impresionar por lo espaciosa o bonita que pueda ser la consulta del quiropráctico, ni si ves a mucha gente en ella. Eso no significa nada. Para realizar un buen trabajo solo es necesario un buen quiropráctico, la camilla y un par de habitaciones para que lo lleve a cabo.
Muchas veces algunos factores solo están ahí para "impresionar" al paciente como contar con personal que te atiende muy amablemente y lleva la consulta, una decoración interior muy bonita y pantallas de ordenador y máquinas de evaluación o tratamiento que parezcan muy sofisticadas y avanzadas.
Cuantos más metros cuadrados tenga la consulta, en mejor zona se encuentre, más personal tenga contratado, etc., más gastos y más presión económica tendrán que gestionar, lo que repercutirá de alguna forma en los pacientes.
- Consulta abierta / cerrada
Algunos quiroprácticos trabajan viendo a varios pacientes a la vez, en una gran sala, con varias camillas, recibiendo al mismo tiempo a varios pacientes.
Otros quiroprácticos trabajan de forma más individual con los pacientes.
Tienes derecho a elegir qué tipo de práctica prefieres y con la que te sientas más cómodo.
- Remedio rápido o a largo plazo
Antes de empezar a realizar sesiones con tu quiropráctico deberías estar seguro de entender el número de sesiones aproximado que se requerirá para mejorar tu estado de salud, que es el principal motivo por el que los pacientes nos visitan, normalmente.
Personalmente no creo en los remedios "rápidos" y "milagrosos", que mucha gente busca a menudo. Cuando uno ha perdido su salud, no suele recuperarse rápidamente. Me gusta ser realista y no dar falsas esperanzas en cuanto a resultados, considerando el estado grave con el que llegan muchos pacientes. Suelo ofrecer visitas y tratamientos pensados a largo plazo, para que el problema que sufre el paciente no empeore sino que mejore y en el futuro siga estable. De todas formas, sí es verdad que muchos pacientes se recuperan rápidamente en pocas sesiones.
Pienso que si en 4-6 meses como máximo no hay mejorías, es mejor no seguir con las visitas. De lo contrario, si hay mejorías, como ocurre en la mayoría de pacientes, recomiendo que sigan haciendo una revisión de vez en cuando para que no recaigan y se mantengan lo mejor posible. Prevenir es un gran objetivo que puede ahorrar al paciente muchos problemas, tiempo y dinero en el futuro.
- Hombre/mujer
Aunque no veo diferencia entre el trabajo que pueda llevar a cabo un quiropráctico que sea hombre o mujer, si te sientes mejor con uno u otro, elige.
Los años de experiencia también pueden ser importantes para las habilidades del profesional.
Con los 8 aspectos que acabo de exponer he intentado dar a entender al paciente que busca un quiropráctico que considere adónde ir. Ya sea porque nos lo ha recomendado un conocido, lo hemos visto en un anuncio, en internet o en las redes sociales, es importante dar lo más pronto posible con el quiropráctico adecuado, y si no seguir buscando hasta encontrarlo. Este es el mismo procedimiento que ocurre cuando se busca cualquier otro profesional o incluso pareja en la vida. Lo importante es no precipitarse, meditar la decisión, entender tu problema y si el profesional puede ayudarte y empezar a mejorar tu estado lo antes posible.
No siempre es fácil elegir y encontrar a un buen quiropráctico, aunque deseo a todos los que busquen que lo encuentren y disfruten de la experiencia.
Un saludo.